Hacía mucho que no escribía en el blog, así que una cosa más que le tengo que agradecer a esta maldita pandemia, volver al punto donde empecé.

Porque gracias a este pequeño espacio en el mundo infinito que es internet, descubrí un futuro que no había podido ni soñar. Fue el impulso a la creación de mi marca VERA BLONDE, mi universo donde mezclo mis dos pasiones el mundo de la moda junto con el business. También fue la antesala al universo Instagram que ha dado la oportunidad de trabajar en tantos proyectos tan fabulosos, con marcas que jamás hubiera imaginado trabajar. Además en estos años también ha despertado en mí el lado más creativo, a través de la fotografía, desarrollando una manera de ver el mundo que me rodea.

Aunque dejando a un lado la historia de mis primeros pasos, el mayor tesoro que me ha dado esta cuarentena es el tiempo, el tiempo con mi hija y mi marido. Han sido semanas de tensión, de incertidumbre, en general, semanas raras, parecía más de una nueva serie de Netflix que de la pura y dura realidad. Pero estos días 24h con Anita ha hecho que haya merecido la pena. Siempre reflexionaba en mis desvelos, lo rápido que iba creciendo y la sensación de que no lo estaba sabiendo saborear. Y aunque es cierto que a veces ha sido agobiante tener una lapita reclamando a cada segundo atenciones, sin hermanos con los que jugar, jamás lo olvidaremos, ni yo ni ella, ya que para ella también ha sido un regalo tenerme para todo.

Y el estar tantos meses sin mis padres, mis hermanos, mis amigos, también hará que, a partir de ahora, nuestras reuniones se vuelvan más auténticas, menos monótonas y repletas de gestos de aprecio y de cariño. Si antes los españoles éramos besucones, ojo a cuando salgamos de esta.