Qué ilusión me hace escribir mi segundo post de boda. Y es que me encanta compartir con vosotros estos momentos tan especiales, y si puedo, claro está ayudaros si estáis pensando en casaros o al igual que yo el próximo año es el vuestro.

En el primer capítulo os explicaba lo que hay que hacer justo después de tomar la decisión.  (Échale un ojo aquí si te lo perdiste). Por tanto, ya tenemos fecha, iglesia (si es el caso) y lugar dónde celebrarlo.

Estamos pues, en uno de los momentos más especiales para una novia. El momento del VESTIDO.

No sé si eras de aquellas niñas que tenía claro cuando se casaría y dibujaba su vestido y lo debatía con sus amigas a la hora del recreo. En mi caso, yo sí era de ese tipo de niña pero por desgracia aquel vestido con el que pensaba casarme hoy día no me gusta, así que cuando ha llegado el momento de la verdad no tengo ni idea de cómo será. Hay tantos estilos, tantos cortes, tonalidades, etc  que creo que es más que complicado tenerlo 100% claro. Si bien, hay amigas que han ido directamente a hacérselo porque sabían hasta como serían los pespuntes 😉

Pero bueno, volviendo a mi experiencia, decidí ir a probarme a los sitios más clásicos, Rosa Clará y Pronovias que hay para todos los gustos. En total, he podido probarme más de 15 vestidos cada uno distinto del otro sin enamorarme de ninguno de ellos. Es decir, que no he tenido esa sensación que toda novia relata, que cuando te pruebas tu vestido sabes que es el tuyo.  Ahora bien, me ha servido y mucho porque de este modo he descartado muchos estilos que no van conmigo pese a gustarme y a centrarme en una forma concreta que te hace sentir más cómoda. Porque al final es lo importante. Está claro que no es lo normal vestirte con un vestido de “alta costura” todos los días, por ello, lo más importante es que tú te veas guapa, pero guapa de verdad, que te veas favorecida y que vaya con tu personalidad. Es decir, no me cuadra que una persona sencilla y discreta escoja un escote de vértigo y pedrería, o que alguien que le guste ir diferente en su día a día, escoja un vestido de corte princesa.

Cuando ya sabes esto es mucho más fácil. Ahora ya puedes entrar en todas las webs de todas las firmas, pese a no estar en tu ciudad, o ir a los diseñadores que te gusten a que ellos te hagan sus propuestas siempre dentro del estilo elegido. Es cuando comienza realmente “la caza” de tu vestido de novia.

Hasta aquí esta primera parte del post sobre el vestido. El próximo lunes publicaré la segunda parte, con los diferentes estilismos, con mis firmas TOP y los diseñadores que más me gustan, y quien sabe, igual ya sabré cual es mi vestido.

Fotos: Vogue

Muchos besos y hasta el miércoles!

Ana.